viernes, 25 de noviembre de 2011

¿Qué pasaría si Rafa Nadal solo se enfocara a los resultados y no a sus objetivos?


Les comparto este muy buen análisis de Miguel:

Después de perder Rafa Nadal su partido con Federer en el Masters de Londres 2011, declaró "Estoy tranquilo, sé que estoy haciendo las cosas bien y hoy no me he sentido especialmente mal en la pista. No es el momento de hundirse ahora por un resultado: la temporada es buena, y lo seguirá siendo aunque el próximo día vuelva a perder por 6-3 y 6-0"

Analizando esta declaración, identifico el carisma, la humildad y el liderazgo de Rafa Nadal. No puedo resistirme con otro ejemplo de humildad y reconocimiento, "El marcador de hoy no es engañoso, él ha estado brillante en todo momento, y cuando juega a este nivel, en esta superficie, ahora mismo es mejor"

En ocasiones objetivos y resultados pueden parecer lo mismo, pero no lo son. Cada uno de nosotros tiene la libertad de definir sus objetivos, desearlos y comprometerse con ellos. Con toda la motivación y responsabilidad que seamos capaces de poner en juego. En cambio, el resultado no depende de nosotros al 100%. Hay situaciones y hechos que están fuera de nuestro alcance y control. Estos no son del todo negativos porque nos dan la libertad de actuar y de tomar decisiones que dependen únicamente de nosotros (o del equipo)

En el caso de Nadal, su objetivo es terminar la temporada lo mejor posible. El resultado de un partido no condiciona su objetivo, “no es el momento de hundirse por un resultado”. Los hechos externos que dan lugar al resultado negativo son en este caso “el mejor juego de Federer, rápido y sin errores”.

El hecho que Rafa Nadal se oriente a hacer la mejor temporada supone que siga un plan de trabajo bien definido para que su objetivo sea SMART. El plan de trabajo o el plan de acción se ajustará en función de su estado de forma, de su estado de ánimo y desarrollará las acciones apropiadas para conseguir los objetivos intermedios.Durante el camino, sabrá pedir aquellos recursos que necesita, se rodeará de personas y del equipo que le ayuden a conseguirlo y durante todo el proceso irá aprendiendo.

Enfocarse en el resultado le generaría un estado de ánimo y una emoción muy limitante como es la angustia, la preocupación, el miedo a no conseguir el resultado esperado. Sin embargo, Rafa dice: “No voy a mentir, jugué lo mejor que pude, pero no fue suficiente esta noche"

Nadal podría vivir el resultado del partido como un problema, si se orientara a este resultado. Sin embargo, se orienta al objetivo de la temporada y mantiene intacto su reto. Esta orientación al objetivo le permite equivocarse y aprender a buscar nuevas opciones, nuevas estrategias de juego y mejorar determinados golpes.

La diferencia fundamental entre orientarse al objetivo o al resultado radica en el estado de ánimo que se puede generar en cada caso. El estado de ánimo que disfrutamos cuando estamos orientados hacia un objetivo del que nos sentimos comprometidos, suele ser la ilusión, las ganas, el tesón de conseguirlo. Ponemos todo lo que está en nuestras manos para conseguirlo y si no lo conseguimos, habremos aprendido y se nos abrirán nuevas posibilidades, con nuevos objetivos que nos facilitaran nuestro crecimiento personal y profesional, llegando a un estado de ánimo que llamamos de aceptación. Como muestra, Nadal explica: “Hay que aceptarlo. Hoy el resultado no creo que haya sido engañoso, (Federer) ha estado brillante en todo momento”

Si nuestro foco está en el resultado, probablemente generemos sentimientos de angustia si no lo conseguimos, nos bloqueemos, nos invada el miedo, la inseguridad y la inflexibilidad. Como también señaló Rafa en un claro ejemplo de motivación e identificación de nuevos retos: "Este es mi séptimo año siendo el número uno o el dos, y soy el que más partidos lleva a la espalda. Y todavía me queda la final de la Copa Davis y comenzar a preparar la próxima temporada"

Me gustaría haber ayudado a comprender la distinción entre objetivo y resultado en Coaching. Ahora solo me queda decir: ¡Vamos Rafa!